El otro día desperté,
estaba encerrado en la jaula
y las llaves las tenía en mis alas.
Ayer desperté,
volaba sobre la cima de la gran roca
y miraba el danzar del viento con mis carcajadas,
ayer desperté,
mis manos eran blancas como un cartucho
y leían braille sobre la coraza de tu alma.
Hoy desperté
y era un cesto de mimbre sin terminar,
sin principio, sin fin,
hoy desperté
mirando hacia abajo y era un costal lleno de huesos
sin piel, sin ojos, con alma,
hoy desperté
rodeado de desconocidos que reían y lloraban,
y solo era yo quien miraba al espejo que no tengo.
Mañana despertaré,
me peinaré
Y llenaré los bolsillos con las piedras del olvido.
Hoy desperté y vi en ti, el rostro de un gran soñador!
Bello poema!
Néstor es un poeta excelente, para nosotros es un honor tenerlo escribiendo en este lugar. Un saludo, Eveling!