Poesía sin Respeto

Poemas íntimos

En medio del patio, desnuda

Mientras hay luz, se baña.
Arrullos de cascada
besan sus pechos,
cantan en su espalda.

Fija, suspendida,
casi eterna,
inalcanzable.
Al parecer nada la espanta.

Hay flores y vida
en sus faldas de agua.

Mis cortos brazos,
mis pequeños dedos
no la alcanzan.

¿Quién es ella?
Abuela,
¿por qué nada la espanta?

¿Por qué nada,
solo los rayos de sol,
tejidos a besos y arrullos de cascada,
parecen tocarla?

Despedida

No fue fácil dejarte,
siempre creí
que estarías en mi vida
hasta el último día.

Me acompañaste desde niña
y jamás creí que pudiera soltarte.

Estuviste presente en mi primer beso,
en mi primera regla,
en mi graduación
y en mi primer día de empleo.

Me detuviste por mucho tiempo
para no saltar al vacío
y no me permitias hablar con extraños.

Fuiste mi apoyo,
pero también mi declive.
No creí que pudiera llegar tan lejos sin ti,
me sentía segura caminando a tu lado
sin saber que me estabas guiando
por el camino errado.

A veces te extraño,
quisiera que me detuvieras
cuando estoy a punto de hacer una locura,
pero sé que estás orgulloso de que ya no te necesite
para tomar mis propias decisiones.

Hoy puedo dejar atrás
a quien más amo
y me lastimó
hoy digo no
hoy puedo recorrer las calles con la cabeza en alto.
Ya no necesito tu aprobación
para permitirme ser feliz.

Tú te has ido y yo
he vuelto a las letras.

Hoy por fin
después de tantos años
puedo decirte adiós.

Retratito

Dos niñas, un varón,
un padre que se ausenta,
una madre que solloza.

Son tres niñas ahora
Que acompañan al varón
una casa que no es suya.

Una abuela se encuentra
con la muerte antes de conocerla
y de herencia su nombre le deja.

Dos rodillas raspadas,
miles de piojos,
una colección de naranjas robadas,
gusanos de guayaba entre los dientes,
una soga atada con un nudo
(en el árbol de pomas)

La nevera vacía,
una cama,
cuatro niños que sueñan despiertos.
Juguetes rotos y sonrisas completas.

Ropa manchada y un virus que ataca,
ronchas y abrazos,
besos, mocos
y rondas infantiles.

Una niña de cabello rizado,
ojos café mugre y un bultico en la cara,
al que le llaman nariz.

Una muñeca que siempre ríe y nunca llora.

Ser posibilidad

Soy una figura de novela aún no escrita,
la punta del lápiz esperando ser afilada,
una hoja en blanco anhelando caricias.

Soy pensamientos, sentires y quereres,
en sus infinitas e incalculables posibilidades,
una contemplación interminable del cielo,
la implacable búsqueda de las palabras correctas.

Soy la nostalgia de encuentros que no han sido,
los retazos de las personas que aún no he conocido,
un pasado carente de historias e interpretaciones,

Soy los pensamientos no rumiados,
la expectante puñalada,
la herida en potencia.

PRÓLOGO DE UN ADIÓS

(Para Julio)

Hay un pino,

en el Picacho,

que lleva tatuada

la seña de la trenza

de la cuerda que usaste

para colgarte.

Algún día

entre el nudo

de sus raíces

esconderé las palabras

pendientes

que oscilan

en el péndulo de mi lengua.

Quisiera, sin embargo,

que desde ya supieras

que desde tu suicidio

no pienso

en suicidarme.

Que ahora no comprendo

cómo pude haber pensado

—seriamente pensando

imaginando los cómo,

los dónde, los cuándo—

en matarme.

Es junio,

dentro de poco cumpliré

treinta y tres años.

Llueve todos los días

y la angustia de siempre

sigue intacta

adentro.

Soy más feliz que nunca

y este dolor

no lo cambio

por nada.

EN UN CAMASTRO EN SAN RAFAEL CONTEMPLO LA ETERNIDAD

Cuando como hongos

me miro mucho las manos.

Sigo las líneas

que de golpe son largas

como el mundo;

me entretengo en los colores

que delatan las texturas

de la palma y las falanges.

«Una mano es una mano es una mano»,

me repito cuando estoy de regreso

y el tiempo vuelve a atravesarme

regularmente.

Pero no olvido

lo que supe,

breve,

cierto:

una mano es

una mano es

una mano y

también

el tacto

de dios

sobre la tierra.

Viernes a tu lado 

Mis manos ansiosas han recorrido tu cuerpo,

han acariciado cada rincón escondido,

se han deslizado por terrenos áridos y húmedos,

han rozado tus labios y tus párpados cerrados,

han tocado los hoyuelos en tus mejillas.

Mis manos laboriosas y pacientes han sabido esperar tu éxtasis,

han secado tus lágrimas,

cansadas,

han buscado refugio en las tuyas.

Frías y temblorosas se han colado en tus bolsillos.

Con mis manos he escrito tu nombre 

y el amor en un papel.

Lienzo

Desde niña pintaba en él, esbozaba emociones 

que mi mente y corazón no siempre dejaban ir.

Me enviaba mensajes en código que a veces 

no era capaz de descifrar. 

Establecí un sistema de comunicación 

para no olvidar, 

para darme voz, 

poder y conciencia 

de lo que era capaz de lograr.

Ese lienzo fino, bonito, fuerte, 

indomable, inteligente y puro, 

cada vez con más ímpetu,

más allá de lo físico, 

era yo, 

tratando de atravesar 

aquella piel que se había convertido en papel.

Hoy estoy reaprendiendo 

a traducir las palabras que dejaba sueltas,

a escribir con mi mágica voz.

Gratitud es lo que quiero devolverle a mi lienzo.

Pensar y sus efectos colaterales

Pienso,
no puedo dejar de pensar,
no puedo dejar de pensar en esas pesadillas
que me destruyen,
me consumen,
me torturan.

Pienso,
no puedo dejar de pensar en todas esas veces
en las que tuve al miedo mirándome,
susurrándome al oído,
lastimándome,
diciéndome que no volverás.

Pienso,
en todas esas veces que apreté el puño,
logrando clavar mis uñas en la palma de mi mano,
las veces que me pellizqué la muñeca
evitando sentir el dolor de esos pensamientos.

Pienso,
en todos esos momentos en los que perdí la voz
porque no podía hablar del pasado,
de ti,
no sin querer llorar.

Pienso,
en el reloj de la pared,
las manecillas marcando tu ida,
despidiéndote alegremente,
y tus maletas vacías.

Pienso.
Solo soy bueno en eso,
torturándome a mí misma.

-!¡Suficiente! !¡Cállate! Ya no puedo escucharte.

Pienso.
el pasado puede matar,
los recuerdos lo hacen.
El tiempo no lo cura todo,
Solo te hace sobre pensar.

En ti,
En tu voz,
En tus sonrisas,
Y en mi dolor.