Poesía sin Respeto

Poemas íntimos

Una entre tantas versiones que soy

Soy los pies descalzos que dibujan un mundo nuevo,
los brazos que rodean corazones que se atraviesan,
las miradas que se funden en las almas que conectan,
los oídos que escuchan melodías que resuenan.

Un corazón que anhela,
una mente que divaga,
una piel de fuego.

Soy la que se funde en las letras,
se teje en certezas.

Soy un soplo de vida,
una aventurera de libertad.

Dos

Yo no escribo cosas tristes, yo escribo la verdad que habita en mí.

Hay días más fáciles en los que la ternura me abraza y escribo palabras dulces que abrigan mi ser.

Hay otros días, en que la pesadez del mundo me convierte en una sombra y las palabras se vuelven cuchillos afilados.

Sea como sea, todas esas palabras están ahí, las escriben dos personas distintas, no hay verdad absoluta, no hay una sola versión de mí.

A veces sonrío a la vida, otras veces, quiero huir y no volver nunca más. Esa dualidad me recuerda que estoy viva, que tengo corazón.

No soy nada sin mi sombra, no soy nada sin mi luz.

Uno

He perdido el rumbo
pero he conocido la vida en el camino.

He sido un barco navegando
en un mar profundo sin brújula ni tiempo.

He llegado a lugares donde me sentí completa,
solo para darme cuenta que hay jardines con espinas de los que es mejor salir.

He huído de mí misma pero mi otro yo siempre me alcanza,
devorando mi corazón o echándole agüita y flores.

He entendido que aunque pierda el rumbo,
siempre vuelvo a florecer.

Disfruta el camino sin pensar en el destino

Su frágil figura recorre el camino,
medita los pasos, transita callada.
Detiene su ritmo, posa su mirada.
Tranquila y serena, revisa el destino.

Vislumbra el entorno. Cavila opciones.
Tan largo el camino, tanto recorrido.
Su espíritu clama un paraje sereno
Afila su instinto. Piensa en sus razones.

¿Será la experiencia dar pasos y pasos
u oculta el camino otro desafío?
Sonríe al destino, se sabe aún niña.

Contempla el horizonte y repasa sus resultados.
Le agrada el trayecto, también el misterio.
Retoma la vida: anima la marcha.

El enigmático discurrir de un manantial existencial

Vengo del todo y de la nada,
de la primera molécula que vio la vida.
Del comienzo de los tiempos, de mis tiempos.
Del valle verde donde tomé la primera bocanada de aire.

Vengo de la madre que fue parida por otra madre,
de las ilusiones de una mujer que soñó la maternidad,
del enamoramiento de madre y padre,
de un refugio llamado vientre.

Vengo de la contradicción,
del dolor de parir y la ilusión de nacer.
Del fin de la preñez y el comienzo de la nueva vida,
del horizonte errante que conduce a todas partes.

Vengo de la energía del sol,
la serenidad del mar, la fertilidad de la tierra.
Vengo de la equivocación incesante
y la voluntad de nacer para la vida cada día.

Te chai

Yo nunca he tenido banda sonora en mi vida
Yo no creo que mi niña interior este herida
Yo nunca me levanto temprano.

No corro en las mañanas
Ni tomo jugo verde
Nunca gané nada, ni becas ni loterías.

No soy diferente, soy normal.

Hace poco me convertí en una mujer sin sueños
Maté al ego
Me quedé sin ser.

ansiedad

Vas
Vuelves
Apareces
Desapareces,
Risa nerviosa,
llanto que no para.
La presión en el pecho,
respiraciones se entrecortan,
Eres intrusiva y me tienes alerta,
El insomnio que pesa y me despierta,
La pastilla que dopa pero no me deja sola,
Te ríes en mi cara, y piensas que no doy más,
Lo que no sabes es que escribiendo estos cuantos versos yo me siento en paz,
Piensas que puedes ganarme,
pero ya te puedo controlar,
Ay ay querida ansiedad,
A la cuenta de tres,
Conmigo ya,
No podrás
más.

Solo mía

Hoy que por fin tengo una casa que es solo mía,
puedo decir adiós a la que fue nuestra,
esa casa en la que habitaron sueños y lágrimas,
que al final vivia lenta de tanta cosa que le fuimos metiendo,
que me fue sacando de a pocos hasta que un día la vi de lejos.

Ahí te dejé en cada cosa una huella,
en cada planta,
en cada detalle,
en la luz que entraba por la tarde,
en los milímetros exactos de cada cosa puesta en su lugar,
hasta en la mancha de café en el sofá

Y yo me fui ligera.
Y hoy vivo ligera.
En la casa que por fin es solo mía.

En medio del patio, desnuda

Mientras hay luz, se baña.
Arrullos de cascada
besan sus pechos,
cantan en su espalda.

Fija, suspendida,
casi eterna,
inalcanzable.
Al parecer nada la espanta.

Hay flores y vida
en sus faldas de agua.

Mis cortos brazos,
mis pequeños dedos
no la alcanzan.

¿Quién es ella?
Abuela,
¿por qué nada la espanta?

¿Por qué nada,
solo los rayos de sol,
tejidos a besos y arrullos de cascada,
parecen tocarla?