Poesía sin Respeto

Daniela De Zubiría

Daniela De Zubiría es abogada de profesión en el día y escritora por pasión en la noche. Enfrenta miedos, inventa respuestas y descubre verdades con cada palabra que escribe. Procrastinadora por excelencia. Aquí encontrarán lo primero que publica de su autoría, pero seguramente no será lo último. Está convencida de que la vida es mejor con un libro en la mano, un gato en el regazo y chocolate.... mucho chocolate.

Self(ish) love

Dices que me amas,
me traes flores y chocolates,
elogios bonitos y elegantes.

Dices que me amas,
que no debo ver a mis amigos con tanta frecuencia,
y así me proteges
de su mala influencia.

Dices que me amas,
e insistes en mirar mis mensajes de texto,
no vaya a haber alguno que me incite al sexo.

Dices que me amas,
pero que me vería más bonita
si sigo tu gusto
al pensar y hablar
y decidir que atuendo he de llevar.

Dices que me amas,
y que no te haga enojar,
porque el problema no es tu temperamento,
sino mi actuar.

Dices que me amas
como nadie nunca me amará,
y que nunca te deje, o alguien morirá.

Dices que me amas,
y yo te creía
pero me sentía solitaria en tu compañía.

Dices que me amas,
y yo te creía,
pero ya no lo sé.

Dices que me amas,

Pero, ¿sabes qué?

Yo me amo más.

Adiós.

Kintsugi

Empezó con el final,
con la conciencia de las cosas rotas,

como las puertas que ya no abrían,
o el cristal destrozado del florero que ya no está,
como el café frío, la coca-cola sin gas y las fotografías estropeadas.

Empezó con la implosión de las cosas pequeñas,
la verdad apenas oculta bajo la superficie de los detalles,
como los ecos de gritos disimulados y las ausencias prolongadas.

Empezó con el final,
con una explosión anunciada que destruyó todo a su paso,
y un daño colateral que aún perdura en el tiempo.

Empezó con la conciencia de las cosas rotas
y la certeza
de que jamás serían reparadas.

Solo queda recoger los fragmentos que ya no encajan
y tratar de demostrar con ellos
la belleza de las cosas rotas.