En breves ausencias estabas presente
entre la demencia y el desconcierto
lejana en un jardín o desierto
volvías a ser niña o adolescente.
Vacilabas con mi nombre y de repente
tu sonrisa y tu mirada con acierto,
tu amor siempre intacto y abierto
mostraba ser más fuerte que tu mente.
Amor sin memoria, amor sin tiempo,
amor océano, amor materno,
amor, te me fuiste a destiempo.
Luciérnaga pequeña y cegadora,
es tu luz lo que mi alma añora,
es tu muerte lo que morir se siente.