La estrenaron dándome la vida,
me hicieron lugar entre ellos cuando llegué.
Me acompañaron a crecer mientras la casa también crecía,
cuidábamos de todos como custodiábamos la casa.
En mi habitación aprendí de hermanas,
en el solar de hadas,
en la biblioteca de palabras,
en las ventanas de pájaros,
en la terraza de sol y sudor.
En el comedor aprendí de celebración,
en la sala de música y bailes,
en el umbral de amigos.
En las escalas aprendí de miedos,
en los patios de robos,
en los espejos de juicios,
en el corredor de despedidas.
La casa de la infancia sigue estando ahí
En la puerta de la casa, hace poco, aprendí de volar.