Caricias que se tornaron distantes,
abrazos que faltaron,
besos que ya no se dieron,
un amor que nunca existió.
Allí nace la inspiración,
de una voz que aunque grite, con dificultad se escucha,
de un llanto que no tiene hombro en que apoyarse,
de una persona que con temor habla.
El tiempo determinó
que el silencio es mejor que hacer ruido,
que una noche sola es el peor enemigo,
que la ausencia es más importante que la presencia,
que lo bueno no siempre es suficiente