Poesía sin Respeto

Martha Gómez

Soy una mujer romántica y feliz. Madre de Alejandro y Sofia, el mayor éxito de mi vida. Me encanta la aventura, conocer lugares nuevos en compañía de mi familia, acampar en las imponentes montañas de Colombia, o despertar escuchando las olas del mar, ese lugar que adoro como si de allí viniera. Desde pequeña los libros han formado parte de mi esencia, me gusta cocinar -otra forma de expresar amor a los demás-, bucear, hacer ejercicio, el café y el vino. Estar siempre en movimiento aprovechando cada día de vida en este planeta. Amante de las palabras y de las imágenes, a través de ellas expreso mi lugar en este mundo e imprimo momentos que viajan a través del tiempo.

Entrañas

Meses que se sintieron años.
Apoderados de mi cuerpo, una vez ella, otra vez él.

Ella llegó al inicio de todo,
mi primer amor
el amanecer.

Él llegó en mi otoño personal,
mi otro primer amor,
el atardecer.

Ella y él,
aire y tierra,
serenidad y pasión,
noche y día

En mis entrañas anidaban esperando su libertad,
dejaron de respirar mi aire, de beber mi esencia.
Lloré porque ya no eran míos,
lloré amor.

Dos días, un solo momento,
dos mejillas moradas pegadas a la mía,
dos llantos de vida nueva.
Dos cuerpos, dos almas, un día.

Mi cuerpo aún conserva la raíz.
La cicatriz que aún palpita,
que aún recuerda,
que aún respira ese día separado por años.

El día de la llegada.
El día que parí mi corazón.

Portador de vida

Portador de savia,
que nutre la existencia.
Microcosmos temporal del ser.

Te llevo dentro, te siento.
Me cubre tu llanto rojo cuando nadie te habita,
Cuenca ancestral del poder femenino.

Hace tiempo te sentí palpitar dador de vida.
Alimentaste partículas de amor que iban creciendo.
Gestación, tiempo perfecto.

Hoy, te honro y agradezco.
Renuevas la energía de mi universo,
liberando cada mes esencia inerte de mi cuerpo.

Llegará el día en que ya no te necesite,
ya lo habrás hecho todo por mí.
No quiero que te vayas, habítame.

Te daré siempre cobijo,
cómo se lo diste a mis hijos en mi vientre.
Tú, mi útero, símbolo de mi unión con la madre tierra.