Poesía sin Respeto

Mariana Toro Taborda

Tiene 27 años y un diploma que dice "abogada", aunque ella no le cree mucho. Se destaca en el baile clandestino, las recetas fallidas y la ingenuidad infantil. Escribe porque no sabe dibujar.

Espejos

No paso de este cuerpo,
aunque huyan en bandada
los sueños,
las miradas,
las horas de dormir.

No paso de este cuerpo,
de sus curvas imperfectas,
de sus sombras sin arraigo,
de sus ganas de volar.

No paso de este cuerpo,
que no es piedra ni sirena,
que no ha vuelto a anclar en tierra.
No me hago cielo-mar.

Soleto

A veces quisiera volverme fogata,
espantar la niebla que empapa los huesos,
que también las nubes se llenan de excesos,
y el trópico pierde su chispa innata.

A veces quisiera un sol de bolsillo,
cubrirme de rayos en tardes de lluvia,
que sea lucero en la noche más turbia,
hacer de mis dedos el cantar de un grillo.

He pedido un sol y me ha llegado luna.
No tiene brillo, ni fuego en su alma.
No hay rayos que alumbren mis horas de frío.

Pero en su simpleza me ha traído calma.
Ya no hay afán ni congoja alguna,
me ha envuelto su luz en las aguas del río.