Inflexión
Bajo un día colorido,
con rayos de sol de adorno
y árboles de grandes copas,
dos «extraños»,
se miraron,
de nuevo,
directamente al corazón.
Hasta ese momento,
realmente ni ella sabía de él,
ni él sabía de ella,
pues eran,
prácticamente,
dos desconocidos.
Gracias a ese encuentro,
se armaron dos rompecabezas,
un sentimiento retomó su forma,
un reflejo brilló desde adentro,
una semilla quedó plantada.
No se manifestó ningún contacto,
ni proposición sobre la mesa,
sólo hablaron dos verdades,
sólo contaron dos historias,
sólo existieron,
en ese instante,
dos corazones vulnerables.
Si se logró…
un tenaz acuerdo,
una promesa tibia,
una mirada profunda
y una conexión
forjada en lo inexplicable.
Además,
de una lección de aceptación
a la bifurcación de todo camino,
pues, fue así como se desbordó,
todo miedo de un pasado
regido sólo por nostalgia
y todo miedo de un futuro
cargado de incertidumbre.