Poesía sin Respeto

Angélika Montes

Me encanta estar abrazada. Por la vida, por las personas, por mí misma. Amo las hojas en blanco, comprar marcadores sin saber cuándo los voy a usar y crear playlists para cada momento que estoy viviendo. Cuando escribo me gusta expresarme desde la sencillez y la capacidad que tenemos de reflejarnos en el otro.

Baile de espejos

Entre ellas bailan sin ritmo.
Nada coordinan y le hacen creer a la razón que no hay salida, que todo está perdido. Quieren hablar todas al tiempo, tensionan la frente, se destruyen los labios y huyen hasta quedar sin vida.

Entre ellas bailan con ritmo.
Todo coordinan y le hacen creer a la razón que no es necesario huir, que estamos en el cielo. Se escuchan con atención, fluyen por naturaleza, se cuidan como manada y se dedican a tener los ojos abiertos.

Nueva York

Brillas y empiezo a ver borroso.
Brillas,
me vuelvo demente
tu cemento me atrae
y me arrastro en el.

Desprendes muchos olores.
Hueles
a basura
a curry
a pizza
a mani confitado
a aceite rancio.

Prometes.
Y al prometer
rompes corazones
porque eres inmensa,
pero ni así alcanzas a cumplir todas tus promesas.

Tus calles.
Me conocen como si me hubieran visto nacer.
Me conocen a mi,
las conozco yo a ellas.

Siempre serás tú.
Ningún otro lugar.

Tú.