Desencuentro
Es a tus ojos a quiénes hoy escribo
solo ellos conocen mi manía de ser camino.
Soy una atracción pasajera, la pausa de un sueño corto en un viaje largo para retomar fuerza
Soy impulso para seguir y no permanecer,
no sé cómo quedarme
y peor, no sé cómo hacer que te quedes.
Es a tu corazón a quien hoy escribo
porque solo él entiende mis latidos,
no puedo con tanta vida que me atraviesa.
Este exceso me lleva a rendirme.
Es a tu razón a quien hoy escribo,
soy paréntesis que se expande,
que aumenta la distancia entre tu tacto y mi boca,
un contenedor vacío de una vida que no siento
una fuga inexplicable de sueños cumplidos.
Es a ti y a mi alma a quienes hoy escribo,
no hay palabras en las que quepa
este no querer estar más.
No es lo que hago ni el modo en que lo hago,
ni eres tú, o el encuentro predestinado.
Soy yo,
la fracturada,
la que en vez de rojocarmesí,
sangra nostalgia
Y no puedo,
y no quiero
existir si me falta la existencia,
el cuerpo se siente diminuto e inundado,
las pupilas se hacen agujero,
por donde te escapas,
por donde me extravío.
El exceso de asombro irrumpe en júbilo, espuma densa,
que me hala hacia abajo, me ahoga
y me hace furia, lluvia, remolino.
Soy un adiós que hoy se niega,
la decisión postergada arropada en la mentira
de no aceptar lo que ya he sido.