Pensar y sus efectos colaterales
Pienso,
no puedo dejar de pensar,
no puedo dejar de pensar en esas pesadillas
que me destruyen,
me consumen,
me torturan.
Pienso,
no puedo dejar de pensar en todas esas veces
en las que tuve al miedo mirándome,
susurrándome al oído,
lastimándome,
diciéndome que no volverás.
Pienso,
en todas esas veces que apreté el puño,
logrando clavar mis uñas en la palma de mi mano,
las veces que me pellizqué la muñeca
evitando sentir el dolor de esos pensamientos.
Pienso,
en todos esos momentos en los que perdí la voz
porque no podía hablar del pasado,
de ti,
no sin querer llorar.
Pienso,
en el reloj de la pared,
las manecillas marcando tu ida,
despidiéndote alegremente,
y tus maletas vacías.
Pienso.
Solo soy bueno en eso,
torturándome a mí misma.
-!¡Suficiente! !¡Cállate! Ya no puedo escucharte.
Pienso.
el pasado puede matar,
los recuerdos lo hacen.
El tiempo no lo cura todo,
Solo te hace sobre pensar.
En ti,
En tu voz,
En tus sonrisas,
Y en mi dolor.