Cualquier cosa menos un soneto
Como si fueras rítmico oleaje,
te vas y vienes, te vas y vienes.
Mareada me tienes con tus vaivenes.
Me despido, luna, te suplico coraje.
Procuro surfearte, sentir las olas,
serte fiel en las profundidades.
Para ganarle a las adversidades,
te necesito, amor, no puedo sola.
Tu inmensidad catastrófica,
a nudos de distancia contemplo.
Desde la orilla te digo, pedacito de mar:
“Abrázame, envuélveme, así filosófica.
No te vayas, que estamos a tiempo,
acércate, te aprendo a amar.”