Poesía sin Respeto

Daniela Yepes

Treinta y tantos años de varias mujeres al tiempo, ingeniera, yogui, intentos de pintora y ahora de escritora, hija, hermana, novia, amiga. Soy un fuego que se la pasa curioseando que vida le aviva más. Un fuego que quiere aprovechar cada instante, cada chispa, cada color. Amante de los viajes y los libros, responsables ellos de mi arrebato de escribir.

El amor y su efervescencia

Sensación alucinógena,
conexión total y desconexión con el resto,
los que están sobrios.
Lamento por los que no aman,
los normales.

Seremos especiales.
Nuestros cuerpos como un árbol de navidad,
por siempre.

Por fin lo encontré
(suspiro profundo).
Solo juegos pirotécnicos en mi panza,
un viaje psicodélico de por vida.

Hasta que las cosas cambian, viene lo real.
Nos dejamos caer juntos, aterrizando uno al lado del otro.
Decepción.
Miedo.

El hechizo se desvanece, vaya tragedia.
El amor no me salvó de tener que ser yo,
de encontrarme y descubrirme.

Ahora llega otro amor, nos vemos de verdad.
No nos perdemos,
nos encontramos en él.

Otro amor con instantes de fuego y magia.
Cruce de miradas, sonrisas en silencio,
besos robados en la cocina.
Dibujamos los días con trazos tranquilos de complicidad.

Hacemos el amor existiendo y no desapareciendo.

Ombligo de luna

Calles de maíz, aguacate y limón
creciendo a ambas manos.
Manos que cocinan con embeleso,
endulzadas en salsas y moles.

Inmensa ciudad de cielos
nublados de sabores,
de mezcal y tequila.

Me envuelves en trompetas, corridos y rancheras.
Tacos.
Tacos.
Esquites.
Aguas Frescas y tamales.

Tus paredes cuentan historias
de un pueblo que sufre,
colores de revolución y lucha.

Ciudad de los muertos
que caminan a mi lado.
No desvíen el camino,
hay flores y agua en el altar,
bolillos por si hay hambre
sal que purifica,
honor a su recuerdo.